viernes, julio 15, 2011

Acá mataron a la señora del papel higiénico


Acá mataron a la señora del papel higiénico, aunque no estoy segura si alguna vez vivió.
El 'su propina es mi sueldo' no ha aparecido en ninguno de los baños públicos que he visitado.
Siempre es bueno ahorrar esos $100, $150 o hasta $200 por 10 centímetros de papel higiénico, pero de todos modos extraño la estafa.

jueves, marzo 24, 2011


Mordidas y pausas.

Cada mordida, un dolor intenso en partes del cuerpo y del alma que hasta ese momento no conocía.
Cada pausa, un aumento en los latidos: la expectación y morbo eran insoportables.
Sólo nanosegundos separaban un ametrallador sonido del otro.
Era mi asiático compañero de casa digiriendo su desayuno.

martes, agosto 05, 2008


fome


pasaje. micro. metro. almuerzo congelado. computador. mochila. bolso. silencio. pantalón negro.
zapatos. botas. sueño. café. agua caliente. impresora mala. celular. don amor. atraso. taza.
cansancio. saludos. estufa. calcetines sucios. ducha. nostalgia. galletas y leche. caminar.
indiferencia. tarjeta. pastilla. agua mineral. llaves perdidas. llaves encontradas.
despertador. encargos. calugas. loza. internet. compañeros. enojos. visitas. salidas aburridas.
cierre malo. dolor de cabeza. cumpleaños. tabla excel. reuniones quincenales. familia.
dulces. impuntualidad. frustración. búsquedas repetitivas. risas falsas. anillo. archivo adjunto.
desinterés. pie de limón. enviar y recibir. películas antiguas. dieta. sopor.

lunes, enero 21, 2008

letras.

domingo, noviembre 25, 2007

Visitadoras, calles sin salida y una botella rota.

Luego que Olga murió, las tres decidimos fotografiarnos en poses intelectuales. El camino de regreso fue confuso. El destino no eran precisamente nuestros hogares: era hora de celebrar. Calles en dos, uno (y sin) sentido(s) nos mantenían entre el Alegre y el Concepción. Los ánimos habían decaído, hasta que apareció un espacio dejado por el vehículo del Consulado alemán. El camino a pie fue corto; un hombre con alopecia y bigote a lo Miami Vice nos recibió. El bar poseía de todo: música en vivo, mesas llamativas, encuestas a la carta y una hora feliz que duraba más que eso. Vasos medios llenos, botella que cae tres metros y medio, botella que se rompe, vasos medio vacíos, congoja. Hora triste. Hora de cerveza en el Bitácora. Hora de ir al tocador, y hora de comer chucrut junto al sibarítico muchacho que odia la Viña de los Mares.

miércoles, octubre 03, 2007

Di no a la discriminación por iniciales de apellido!

Núñez,

Ñanco,

Ossa,

Pérez,

Quercia,

Riquelme,

Sandoval,

Toro,

Urrutia,

Valenzuela,

Wilson,

Xu,

Yang,

Zenteno…

Juntos venceremos!!


<< En caso de que haya más de tres autores, se pondrá el apellido de uno seguida de la fórmula “et al.”. Por ejemplo:”Álvarez et al. 23”.>>


Rompe esquema y conviértete en un ordenador descendente de palabras.


miércoles, agosto 22, 2007

Patología: Paranoia 2.

En el último tiempo he seguido y he espiado.
Sospecho de una conspiración.
Como ese misterioso informe sobre ciegos que anda rondando por las callecitas de Buenos Aires.
Se trata de un evento magnífico que vendrá a revolucionar lo que hasta ahora conocemos como real.
Están por todos lados.
Unos viven en el departamento 23 de un condominio semi campestre.
Otros se ocultan en los recovecos del tren, leyendo y esperando que el vagón se desocupe.
Incluso he sabido de varios que gozan con el dolor ajeno y maquinan elaboradas vendettas sin sentido.
No se detendrán hasta obtener lo que quieren.
Pero mis indagaciones comenzaron hace un par de semanas y ya han arrojado alentadores resultados.
¿De qué otro modo podría estar al tanto de sus movimientos?
Lo más curioso es que algunos quieren ser descubiertos.
Dejan pistas en pequeños papeles manchados.
O se hacen visibles en lugares concurridos. En horas pico.
Patología: Esquizofrenia 1.

Malditas endemias del yo.
Como debe suponer el lector perspicaz, no hablo ni escribo de esas dolencias corporales que se perciben a ras de piel.
Tampoco hago referencia a una herida que sangra internamente.
Aunque los más metafóricos lo podrían interpretar así.
Quienes busquen una respuesta a sus inquietudes más existenciales, probablemente se sentirán identificados con la vaguedad que aquí intento relatar.
Es que buscamos –sí, tengo el descaro de meter a todos en el mismo saco de papas- hogar en personas, lugares y situaciones no tan acogedoras.
La desesperación lleva a eso.
¡No desesperéis!